El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, en el camino han quedado recuerdos, vivencias que han pasado a formar parte de lo que somos ahora. En el baúl de la memoria se van acomodando todos y cada uno de los actos que hicimos y las personas que nos acompañaron en ello. Algunas veces son estas mismas personas las que definen si el recuerdo es positivo o no.
Cuando nos presentaron, él se esforzó en hablar como se supone que habla un español, o al menos como creían en los 90’ que debía hacerlo por allá por La Habana, me sorprendió mucho su forzada pronunciación de eses, ces y zetas, pues no había conocido a ningún cubano con ese acento, al oírme hablar él, se sorprendió aún más, pues los canarios tenemos más en común con ellos que con los peninsulares. Rápidamente me soltó –“Coño si ya está aplatanado. “, haciendo referencia a que ya había perdido el acento español, cuando le expliqué que era Canario, ya se relajó y volvió a su acento natal. Nos despedimos aclarando que ya nos veríamos cuando me tocara rotar por la especialidad de gineco-obstetricia, él era uno de los profesores de la especialidad.
Cuando aterricé en el Hospital Materno Clodomira Acosta, nada más llegar, me buscó y eligió para su equipo, me dijo – “ Tú conmigo vas a aprender todo lo que hay que saber en ginecoobstetricia, se llamaba Jesús . Este hospital estaba situado en el barrio del Vedado en plena Habana, había sido en el pasado una clínica privada de gran nivel, pues en sus instalaciones por ejemplo, se operó una patología infantil de gran complejidad, llamada Tetralogía de Fallot, era la segunda vez en el mundo que se operaba esta malformación congénita, la gesta fue en 1947, anterior a la revolución. El primer día, me levanté bien temprano pues el hospital quedaba a hora y media de mi casa, al llegar, me encontré con mis compañeros de rotación, guardé la bicicleta en el parqueo y me sequé el sudor como pude, ya hacían unos 30 grados a las 8:00. Nos distribuimos por plantas y comenzó el pase de visitas, donde se conocen los casos ingresados y el por qué, estaba yo como mis compañeros atentos a las explicaciones del profesor cuando se me empieza a nublar la vista, a esto se me sumó un malestar general con fatigas, yo balbuceé perdón y salí de la sala, justo a tiempo de agarrarme a una ventana, pues me iba cayendo, estaba yo en esas cuando llegó una compañera y me sujetó por la cintura, me pareció que me iba a desmayar, gracias a mis compañeros que me acostaron y fueron a por glucosa que rápidamente me pusieron en vena, porque yo creía que me moría. Fue una bajada de glucosa muy fuerte, yo no había pensado en esa posibilidad, pues me sentía fuerte, pero la pobre alimentación, unida al ejercicio físico intenso me pasaron factura, a partir de ese día, me compraba por el camino un turrón de maní que hacen en Cuba. Ese día no se me olvida mientras viva, es curioso el destino, voy a una maternidad, donde nace la vida y casi me muero.
Al recuperarme, mi profe, como los llamaban en Cuba, me dijo, volviste a la vida Canario, esta noche tenemos guardia. Una vez equipado para la guardia, con el pijama verde de quirófano me sentenció, esta noche va a ser larga, prepárate. En cuanto estuvimos solos, me comentó, tú quieres aprender mucho y yo necesito alguien que me ayude en el quirófano que no de problemas. Todas las noches operábamos, principalmente a extranjeras que en su país les salía muy caro, así hacíamos ligaduras de trompas, histerectomías, cesáreas a cubanas que podían permitírselo, alguna de estética, en fin, de todo un poco. Así, juntos, me fue enseñando el arte de la quirúrgica, pues en sus manos, se volvía todo un espectáculo, movía las manos con una destreza como no vi en ninguno de los cirujanos que allí trabajaban, poco a poco me fue adiestrando en el arte de la cirugía que yo tanto ansiaba, hasta que me fue delegando en intervenciones cada vez más complejas, me dejaba suturar, cortar, etc., el trabajo y tantas horas juntos, nos fue uniendo cada vez más, hasta que me empezó a llamar hermano, será típico por allá, pero en él, no era tan común.
Un día, me prometió que vendría a verme a Canarias y cumplió su promesa, me confesó que estaba pensando en irse del país, en cada viaje que yo volvía a Cuba, él se presentaba siempre con un regalo, pero mi mejor regalo era verlo. Ya de vuelta en Canarias, me escribió varias veces y cuando pudo salir de allá, una vez instalado en Valencia, me vino a ver varias veces, yo ya estaba con la ELA y en uno de los viajes me confesó que tenía cáncer.
Hace poco terminó su viaje por esta vid, quién sabe, quizás volvamos a encontrarnos en otra vida, pero su recuerdo sigue vivo en mí. Hasta siempre, mi amigo, mi hermano.
Me encantan los retos que escribe gracias por compartirlo saludos
Que buenos recuerdos,dicen que es volver a vivirlos.muchas Gracias..me has tocado el corazón …un fuerte abrazo
Que relato tan bonito. Podría pertenecer a una novela
Hola Gus, siempre me da tantísimo gusto leer tus relatos. “ Nuestra vida son anécdotas que nos une a las personas que pasan y aquellas a las que recordamos y como las recordamos para contarlas.” No dejes de escribir para poder leerte. Un abrazo.
May
Eso es….a quedarse con lo positivo ,haberlo conocido y que descanse tranquilo por siempre….Ánimo!!
Genial
Qué bonito homenaje…
DEP
La vida no es sólo sino un montón de vivencias !!
Hola Gus..te había perdido y he vuelto a encontrarte,
Hace poco tb perdí a una amiga de corazón, su cuerpo tb roto de luchar, descansó y paso a su siguiente etapa. Ya no va con un cascaron roto, ha vuelto a correr y ser feliz!!
Gracias Gus 💖
El recuerdo, paraíso del cual nadie puede expulsarnos!!
Gracias por tanto Gustavo!
Besos de colores!
Que siga viviendo en ti.
Con sus hermosas manos.
Muy hermoso, hermano.
Me gusta mucho cómo cuentas las cosas. Gracias a las redes he conocido a otros pacientes. Admiro tu entereza😘 Te sigo
Me presento soy Josep Rof Rof, uno más que vive con una ELA, me siento agradecido por ella, por la lentitud que se desarrolla en mi, está caray, si que está, a pesar de mis torpezas, mis caídas, y muchas cosas más, mi calidad de vida es aceptable. Tengo 76 años. Mi ELA es del 2001. Abrazos y a VIVIR lo mejor posible.
Hola Gustavo soy Arelio Cancio amigo de Felipe hemos compartido en muchas ocasiones en Tafira solo comentarte que eres un héroe y transmite mucho con tus comentarios un fuerte abrazo y a seguir luchando
hermosa historia, pero de final triste.-
Que ciertas tus palabras,te confieso que llore con tus palabras,porque conocí al profesor Jesús,ginecólogo brillante,excelente persona,amigo,todos los partos que he echo me recuerdan a él y sus conocimientos,solo me reprocho no ir a ver a esa gran persona,gracias Gustavo por hacerme llorar de alegría.descansa en paz
Hola, te empiezo a leer y me ayudas mucho. Gracias por compartir tus vivencias😘
hoy el dago me trajo un paciente para valorar a mi consulta de neurología, me dijo, !a que no te imaginas la foto que cargo en el iphone!, cuando vi la foto encadené al unisono 3 sentimientos, me alegró mucho vernos en nuestros años pueriles, luego la tristeza de saber que estas imitando a stephen hawking y que el profe jesus cruzó hacia la otra orilla, seguro le hace chequeos ginecologicos a la parca y le va de lo mejor por allá. finalmente me lleno de orgullo al saber como has enfrentado estos 8 años. escribes bien, te puedes tirar tu novelita si se te antoja o al menos un libro de 15 o 20 cuentos. un abrazo, Hector.
Es maravilloso saber más de tu vida, y especialmente de esa época, y, además la forma en que lo cuentas, donde transmites tu increíble sentido del humor y esa forma de ver las cosas como en tercera persona, como el observador que eres. Cada detalle que cuentas hace crecer en mi, y supongo que en mucha gente, el deseo de creer en los sueños, perseguirlos y alcanzarlos, cueste lo que cueste, por mucho sacrificio que represente, porque tú eres el mas claro ejemplo de que los sueños se hacen realidad. Eres mi héroe y el de mucha gente. Gracias por existir. Un abrazo fuerte y un beso enorme.